Pensar fuera de la caja


Dos de las frases más citadas en twitter, y que suelen ser objeto de múltiples retweets, son «salir de la zona de confort» y «pensar fuera de la caja«. La primera ha sido ampliamente comentada en muchos blogs y libros sesudos, pero hoy haremos una breve aproximación a la segunda.

El pensamiento «out of the box» procede de un famoso puzzle de nueve puntos. El reto es unir los nueve puntos con cuatro lineas rectas, sin levantar el boli del papel. El truco precisamente consiste en pensar fuera de la caja, del entorno invisible que nos marcan los nueve puntos, y permitir que las líneas salgan fuera de esas fronteras para así conseguir enganchar los puntos sin problema.

Podríamos encontrar mil metáforas del ámbito sanitario para las que vendría muy bien este tipo de pensamiento. El problema es que esas fronteras muchas veces vienen marcadas por la presión política o sindical, los medios de comunicación o la opinión pública, y una decisión que se tome sin pensar en los condicionantes que nos imponen dichas «fronteras» invisibles, pese a que sea maravillosa, eficiente, basada en la evidencia y avalada por los expertos, puede implicar en la práctica el hundimiento del barco (entiéndase el cese del decisor, una campaña negativa en prensa o una serie de noticias contrarias basadas en algún efecto secundario menor de la medida). 

Pensar fuera de la caja es necesario, pero ¿quien asume las consecuencias? ¿estamos preparados? En las decisiones delicadas, ¿tendremos algún día consenso o se utilizarán como armas arrojadizas entre una parte y otra del espectro social? El problema es que ninguna decisión colectiva satisface a todo el mundo y así, a ver quien decide sin miedo. 

Últimamente tener razón no es suficiente… 

Nota: la viñeta es de Alberto Montt, un habitual en saludconcosas.

Salud con cosas

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